Despierta la ciudad y yo con ella, sabado de encontradas emociones, listo con nuevas energias y nuevos caprichos a orientarme en el espacio y me muevo al lugar donde parece que todo es posible, alli donde trazamos estrategias y enamoramos el tiempo.
Busco una nueva manera de decir, de hablar sobre mi tiempo sin decir mucho y esperando que los reflejos no se enturbien con el paso de las horas, los minutos pasan rapidamente, asi como me muevo por las rocas de la orilla, alguien saca los perros a pasear y a tomarse un rapido baño en estas aguas del caribe,su frase retumba en mis oidos una y otra vez...hay que bañarse que tienen peste...
Los perros lo miran con muy pocas ganas y se dejan arrojar al agua una y otra vez, regresando rapidamente a la orilla. Se me ocurre pensar con cuanta resistencia volvemos una y otra vez sobre nuestros pasos y nos repetimos las mismas ideas, quizas para convencernos, quizas para atraparnos.
Unos metros mas adelante las olas atrapan un pedazo de verde que se mantiene vivo y brillante, anhelante recojo trípode con la cámara, Laura trata de hacerme desistir, cuando ve en mis ojos la voluntad de continuar me dice con suaves palabras...ve, pero ten cuidado, te espero afuera...
Me adelanto unos metros, me acerco al muro y comienzo a dar los primeros pasos, cuando resbalo y sin control, caigo y mis rodillas desnudas se golpean con la roca, por unos instantes me olvido del dolor que me sobrecoge y miro hacia la cámara que montada en el trípode yace a solo cms del agua. Instintivamente saco la bateria y comienzo a sentir el dolor de mis rodillas fuertemente, una de ellas sangrando.
El resto es historia, la Nikon D600 se encuentra casi deshecha, cuantas veces leí, cuantas veces escuche las historias de otros que tropezaron y perdieron su equipo, siempre pensé que no podría sucederme. Este sábado se encargó de recordarme la fragilidad de los días y luego en casa, con un poco mas de calma, repase mis pasos y me alegro de que solo mi cámara y algo de mis rodillas sufrieran este duro encuentro.
The city wakes up and with it , Saturday of conflicting emotions , ready with new energy and new fads to orient in space and I move to the place where it seems that everything is possible, there where we draw strategies and fell over time.
Seeking a new way to say , to talk about my time saying little and hoping that the reflections from clouding over the hours, the minutes pass quickly , so as I move through the rocks of the shore , someone shows dogs to stroll and take a quick bath in these waters of the caribbean, his phrase echoes in my ears over and over again ... you have to have bathrooms to avoid the smell ...
The dogs look very little appetite and allowed the owner to throw them into the water over and over again , quickly returning to shore. I happen to think with how much resistance we return again and again on our heels and we repeat the same ideas, perhaps to convince , perhaps to catch us.
A few meters later waves catch a piece of green that remains alive and bright, eager to photo from this spot, I started moving with my camera mounted on the tripod, Laura tries to make me give up, when she saw in my eyes the will, she just told me .. . go , but beware , I'll wait outside ...
I advance a few meters , I approach the wall and start to take the first steps when I slipped and uncontrolled and my bare knees hit the rock, for a moment I forget the pain that overwhelms me and look at the camera that mounted on the tripod lies just inches of the water. Instinctively I pull the battery and start to feel the pain in my knees tightly , one bleeding.
The rest is history , the Nikon D600 was break apart, I read many times , many times I hear the stories of others who stumbled and lost their equipment, I thought could not happen to me. This Saturday took care to remind the fragility of days and then at home , with a little more calm , review my steps and I am glad that only my camera and my knees suffered something this tough encounter .